El acné es la inflamación de las unidades pilosebáceas de ciertas zonas del cuerpo (cara y tronco) que se manifiesta sobre todo en la adolescencia. La causa es la combinación de hormonas y bacterias en la piel. Las hormonas producen un exceso de sebo en la piel y las bacterias convierten el sebo en ácidos grasos. Ésta combinación provoca la inflamación de los folículos pilosos y por tanto los granos del acné.

El acné se manifiesta de diferentes maneras en función del grado de inflamación o infección de los folículos pilosos. Las diferentes lesiones de la piel son: - Espinillas o puntos negros, en función si la lesión está cerrada o abierta. - Pápulas (rojas) cuando la inflamación es muy grande. - Quistes (1-4cm diámetro) cuando el pus se enquista dentro de la epidermis. - Cicatrices, cuando se rompe la piel debido a las lesiones acnéicas. La intensidad de las cicatrices dependerá del tratamiento.

Todo tratamiento debe ir acompañado de un buen cuidado facial diario (ver anterior diapositiva). El tratamiento va en función de la gravedad del acné. Un acné leve puede ser tratado con cremas faciales. Los tratamientos tópicos más frecuentes son con peróxido de benzoilo y/o ácido salicílico. El acné moderado o severo requiere tratamiento médico. Generalmente se trata con antibióticos (clindamicina o eritromicina) y retinoides locales (tretinoína).